viernes, 6 de julio de 2007

REFLEXION 1.0 – Mebdows XP COMPATIBLE

No hay duda, es difícil y pesada, la maestría no sólo requiere tiempo, estudio y dedicación, sino realmente un compromiso constante, día a día, no flaquear en ningún momento. Pero no por eso se torna insoportable, sino retadora. Requiere de individuos con características especiales, competencias si no únicas, escasas en esta actualidad magisterial. Prueba de ello es la dinámica presente en el grupo, a mi parecer única y envidiable. Ahora explico por qué.

Los integrantes de la MEB Orizaba hemos venido mostrando 3 características benéficas para nuestra labor y para nuestra actual meta compartida.

La primera, el compromiso, parecerá redundante pero no lo es. Nuestro compromiso va más allá de la MEB, extiende sus ramas hasta nuestras aulas, sábado a sábado escuchamos actividades que nuestros compañeros han realizado en sus aulas, sus dificultades, las satisfacciones, los retos y las metas auto impuestas para ir creciendo día a día. El compromiso, visto desde el trabajo en equipo durante las sesiones, se percibe cuando las propuestas acerca de cómo llevar a cabo la “exposición” no cesan, se diversifican, enriquecen y conjugan. Quien no posea compromiso no puede ser estudiante de maestría, sería ilógico pensar lo contrario, ¿alguien pasivo en la MEB? Habría que verlo.

Como segunda característica de nuestro grupo es el interés por el compañero-amigo, no sólo por la vestidura de maestro sino por el ser humano detrás de esa cara educadora. Puede ser que algunos cuestionen realmente si en verdad nos preocupamos lo unos a los otros, basta un ejemplo, si en un momento dado necesitamos platicar con alguien nuestras “penurias personales” sabemos que podemos acudir con alguien del salón y que nos escuchará atento; de igual forma si alguien “tiene algo” y lo notamos puede estar seguro que no se quedará ahí solito sufriendo en silencio, sino que una mano amiga, un oído cómplice, una mirada solidaria estará ahí pendiente y atenta, ayudándonos con un consejo o con la sola presencia, frecuentemente es lo que más se necesita en un mundo en el que cada día nos alejamos más los unos de los otros.

La última característica notable es la “química” que existe. Los equipos funcionan bien esté quien esté, se trabaja con todos por igual, no vemos los gestos de molestia que muchos habremos notado en las “juntas escolares” o el los “colectivos”. Los rostros de nuestros compañeros siempre dibujan una sonrisa sincera, se siente bien estar sentado junto de quien se esté. Recuerdo otros salones en los que he estado en donde existían “zonas” donde no se podía estar, por presencia de alguien “no deseado” o porque no era el lugar de nuestro “grupito de amigos”, esas banalidades no existen aquí, en este mundo rosa que hemos construido sólo existe un grupo: MEB Orizaba y ya.

¿Que nos dejan estas “distinciones”? Nos dejan ratos amenos y placenteros, un aprendizaje constante, una enriquecedora experiencia, retos de llevar a la práctica lo que aprendemos, de alcanzar lo que aparentemente inalcanzable, pero sobre todo, nos deja amigos verdaderos, “de hueso colorado”, de esos que están en extinción pero que en lugares como esté y por un destino azaroso nos han llegado en montón, de golpe y porrazo, sin aviso previo. Mi más sincera admiración a todos ustedes amigos es un placer conocerlos.

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